Durante varias conversaciones con algunas Sisters hoy escuché la frase: «Estoy jartaaaa». Así mismo jartaaaa con jota (aunque sabemos que se escribe con h, no se siente igual).
Es muy curioso porque la expresión salió de la boca de mujeres que son fuertes, profesionales, mujeres con proyectos maravillosos y con gran temple para enfrentar dificultades. Lo que me lleva a pensar que no importa en qué parte del camino estemos, siempre habrán pruebas que nos harán sentir realmente cansadas, frustradas y jartassss con j. Si hoy tu también estás en esa situación, te felicito porque este proceso te lleva a aceptar tu humanidad y la fragilidad de la misma. Por otro lado, tengo noticias para ti. Esa carga que parece imposible de superar tiene el peso perfecto para tu soporte. Dios sabe exactamente tu nivel de resistencia. Y El no te va a dar una carga que no puedas sobrellevar. El te creó, formó cada parte de ti y conoce muy bien hasta dónde llega tu fortaleza. Por cierto a veces permite que estemos astiadas de algo para mostrarnos que es hora de cambiar. Cambiar la ruta, el lugar, las estrategias o cambiar nosotras. Te invito a que recuerdes que en su palabra nos exhorta a que diga el débil, fuerte soy. Y que se vale hartarse de vivir momentos duros, pero de lo que no te puedes hartar es de creer que tú puedes con eso y mucho más.
Resiste el peso de la dificultad, tu ADN lo aguanta.
